funerales

Un funeral católico es una de las mayores bendiciones que puede tener un ser querido. Está lleno de mucho simbolismo y escrituras sagradas. Desde el mismo momento de la vida, nuestros padres o tutores nos presentarán al Señor para el Bautismo. Al final de la vida, nuestra familia y nuestros seres queridos nos presentan al Señor a medida que nuestra partida de esta vida avanza hacia un encuentro aún más cercano con nuestro Señor Jesucristo. La familia puede elegir el entierro mediante ataúd o cremación. Si se opta por la cremación, la Iglesia la permite, siempre y cuando las cenizas sean colocadas en una urna y enterradas en un lugar adecuado como por ejemplo un mausoleo en un cementerio. Se ofrece una Misa de Resurrección por los difuntos con el ataúd o las cremaciones presentes. La celebración litúrgica es rica en simbolismo con la colocación de un palio (tela blanca) sobre el ataúd o urna para conectar este nuevo nacimiento a la vida eterna con la vida del Bautismo. El incienso, la música, las lecturas de las Escrituras, la liturgia de la Eucaristía y el elogio final contribuyen a la comprensión cristiana de la vida después de la muerte.

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