El pacto matrimonial, por el cual un hombre y una mujer establecen entre sí una sociedad para toda la vida, está ordenado por su naturaleza al bien de los cónyuges y a la procreación y educación de la descendencia; esta alianza entre bautizados ha sido elevada por Cristo Señor a la dignidad de sacramento. (Código de Derecho Canónico, Canon 1055)